Si bien durante los últimos años han aumentado ostensiblemente las celebraciones musicales y artísticas al aire libre, el turismo musical sigue siendo un sector emergente todavía por explotar en la Costa Daurada. Este tipo de eventos, nacidos en formato pequeño en sus orígenes, han ido evolucionando de manera generalizada con una progresión nada desdeñable. Pueden convertirse, si se supera el escepticismo de algunas esferas políticas, en un gran aliado para la desestacionalización del turismo local, eterno objetivo para los diferentes gobiernos del territorio. Turismo familiar y música pueden ser la combinación perfecta para generar, prosperidad, riqueza, entretenimiento y empleo.
Es innegable el impulso de festivales y ferias musicales a lo largo de las últimas décadas. A medida que se realizan nuevas ediciones y se consolida un festival o feria, el público asistente va creciendo de manera progresiva convirtiéndose muchas personas en fieles seguidoras del evento. En consecuencia, una cantidad importante de ellas acaban planificando sus vacaciones teniendo en cuenta las fechas de celebración de sus eventos musicales o culturales preferidos. Atrás queda el concepto de que los asistentes a los festivales son personas de mal vivir. Lo cierto es que este tipo de eventos mueven familias enteras con muy distintos niveles adquisitivos y altos niveles de civismo y respeto.
Podemos encontrar eventos de este tipo por todo el mundo. En el Estado Español tal vez sean los principales exponentes el Primavera Sound de Barcelona, El Viñarock en Villarobledo, el El Bilbao BBK o el Festival Internacional de Benicàssim. Pero no son los únicos. Festivales como el Resurrection Fest en Villena, Rock on the Coast de Fuengirola, el Download de Madrid, el Leyendas del Rock de Villena o el Rock Fest de Santa Coloma de Gramanet también son exponentes claros de esta tendencia. Existen muchísimos y muy diversos eventos de pequeño y medio formato en nuestro territorio. Aún así, en nuestra zona es un formato que no está suficientemente abarcado y que tiene mucho recorrido.
Hablamos de actividades culturales que generan un retorno económico muy positivo en el territorio donde se desarrolla. El festival de música barcelonés Primavera Sound, por ejemplo, genera un impacto económico anual que supera los 60 millones de euros, yendo más de 10 a la hacienda pública. Además de generar cerca de 1000 empleos directos, contribuye al PIB de Cataluña con más del 4% del total de actividad musical de la Catalunya. Se dice pronto.
Un caso a destacar es el de Benicassim y su recinto ferial para conciertos. Con una instalación permanente bien comunicada y acondicionada, la ciudad castellonense se ha convertido en el principal referente de ciudad media que sabe explotar el turismo de festivales acogiendo, además del FIB, otros festivales como, Rototom o SunSplash. Todo ello sin que se generen problemas de convivencia. Lejos de lo que pueda indicar una mirada prejuiciosa, el turismo de festivales es un turismo familiar, cívico y responsable.
La apuesta ha tenido recompensa. El Patronato de Turismo de la Diputación de Castellón estima que el turismo de festivales genera en la provincia anualmente un impacto económico de más de 45 millones de euros, según datos oficiales de los organizadores. Asimismo, los tres grandes eventos musicales que se desarrollan (FIB, Arenal Sound y Rototom Sunsplash) consiguieron atraer hasta la provincia a más de 100.000 personas y crear cerca de 5.000 empleos directos durante la celebración de los festivales. La apuesta clara de la institución provincial por este producto turístico se canaliza en una inversión anual de unos 300.000 euros, a través del Patronato Provincial, en concepto de patrocinio de los eventos. Visto el retorno la inversión se antoja rentable.
Este hecho no ha pasado desapercibido para nadie. Por ello, Fitur cuenta desde 2018 con una sección de festivales musicales (Fitur Festivales), promovida por la asociación para el impulso del turismo musical en España, Spain Live Music, la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), la Federación Española de Hostelería (FERH) e Ifema. A su vez, las agencias de viajes y los turoperadores están incorporando propuestas relacionadas con la música en vivo.
Siguiendo el ejemplo de otras zonas punteras en la materia, la Costa Daurada puede erigirse como un referente del turismo musical. Tal vez el primer municipio de la demarcación que apueste de manera decidida por ello sea el que se lleve la referencialidad. Para ello hace falta superar ciertos prejuicios, basados en tópicos estériles, y mirar más allá del turismo de sol y playa, para permitir que irrumpa con fuerza nuevos elementos de atracción como la música y la cultura, que incentivarán seguro la decisión de viajar a nuestro territorio.
Mario Téllez y Oscar Curulla, miembros de la candidatura de Vila-seca en Comú a las elecciones municipales
Publicado en Diari de Tarragona