Primero de mayo siempre

Además de una jornada reivindicativa a favor de las clases trabajadoras, el primero de mayo es una jornada de homenaje y reconocimiento a los logros en el campo de los derechos sociales y laborales conseguidos por el movimiento obrero a lo largo de varios siglos bajo el influjo, principalmente, del anarquismo, el socialismo y el comunismo.

Como es bien conocido esta jornada sirve también como efeméride y muestra de respeto a los Mártires de Chicago. Bajo este nombre se recuerda a un grupo de anarcosindicalistas asesinados por participar en las revueltas iniciadas el 1 de mayo de 1886 con el objetivo de conseguir la jornada laboral de ocho horas. A partir de entonces este día se ha convertido en una jornada reivindicativa de los derechos de trabajadoras y trabajadores de todo el mundo.

En nuestro país la jornada laboral de ocho horas se defendió y consiguió con la huelga de la canadenca. Fue un movimiento de lucha obrera impulsado también por el anarcosindicalismo que, además de la huelga, incluyó boicot e insumisión civil ante la empresa de electricidad barcelonense. A lo largo de cuarentaicuatro días el movimiento obrero paralizó la ciudad y el 70% de la industria de la ciudad. Con estas movilizaciones se consiguieron mejoras salariales, la readmisión de los despedidos, la readmisión de los detenidos y la jornada laboral de ocho horas por decreto. España se convirtió en el primer país que promulgaba por ley esta reivindicación obrera.

Pero la reducción de la jornada laboral no ha sido la única mejora conseguida fruto de siglos de la lucha sindical obrera. Además de la limitación de la jornada laboral, con las reivindicaciones obreras se consiguieron hitos como la prohibición del trabajo infantil o el surgimiento de sistemas de protección de seguridad social como el derecho a prestaciones por desempleo, la baja por enfermedad o el derecho a la jubilación.

En nuestro país, además, el movimiento obrero y el sindicalismo de clase también han sido sujetos claves en la lucha antifranquista a lo largo de los 40 oscuros años de dictadura militar. Asimismo, a diferencia de la extrema derecha de la época, corrientes ideológicas como el comunismo ha tenido papel esencial en la recuperación de la democracia en nuestro país.

Así pues, en un día como el de hoy conviene tener muy presente que, detrás de los avances más significativos en el campo de los derechos laborales y sociales, subyacen varios siglos de movilización y lucha por parte del movimiento obrero. Un movimiento que ha conseguido sus victorias al calor de ideologías de izquierda hoy denostadas por algunos sectores de la sociedad y comparadas, maniquea y burdamente, con ideologías totalitarias y antidemocráticas. No, no todos los extremos son iguales.

Conviene decir alto y claro a aquellas voces que tratan de equiparar los movimientos obreros de izquierda con la ultraderecha que están faltando a la verdad. No se puede poner en el mismo saco a aquellos que luchan por el fin de la opresión y la igualdad plena de derechos y oportunidades con quienes ponen en el ojo de mira a grupos vulnerables como las mujeres maltratadas o los inmigrantes. No se puede poner en el mismo saco a ideologías que pretenden redistribuir la riqueza para combatir las desigualdades con aquellos que pretenden mantener los privilegios fiscales de una minoría opulenta. No se puede equiparar aquellos que dieron su vida por la democracia con los verdugos que firmaban juicios sumarísimos.

Este uno de mayo debe servir para recordar a todos aquellos sujetos que nos identificamos con los posicionamientos de izquierda de dónde venimos y a dónde queremos ir. Tenemos que tener claro que es muchísimo más lo que nos une que lo que nos separa. Con la fuerza y la experiencia de todos aquellos que nos precedieron tenemos que aclarar las nubes para que el sol refleje mejor y esclarecer así la alargada sombra del fascismo que hoy nos asola.

Mario Téllez Molina
Portaveu de Vila-seca en Comú